Estamos viviendo un inexorable cambio. El mundo se transforma ante nuestros ojos y lo observamos perplejos detrás de las pantallas de la televisión o los ordenadores. Somos actores pasivos de un momento decisivo para muchas vidas, unas que se apagan y otras que se alumbran, y todas con una gran interrogante sobre nuestro sentir: ¿En quién puedo confiar?

Parece que lo que ordena el sentido de nuestra vida son cifras, números, estadísticas. Y dependemos de ellas hasta para poder movernos, cuando realmente lo que más rápido nos hace avanzar es la confianza. Cuando los abrazos más entrañables que siento me los da el silencio, lo más certero que tenemos es que hoy estoy aquí preparándome lo mejor posible para actuar mañana.

Movilidad para sumar

Parte de los ciudadanos estamos obligados a salir por tramos horarios y con unas distancias mínimas, con mascarillas en los transportes públicos. La mayoría creemos actuar de forma voluntaria, en favor del bien colectivo, pero realmente lo hacemos impulsados por el miedo, en busca de la supervivencia.

No podemos ser meros damnificados, ni vivir viendo como se repite cada día, como si el hoy fuese igual que el mañana. Actuemos por el bien de los niños, que van a adaptarse a nuevas formas de aprender, de jugar, de vivir… Por eso padres, profesores, familias y mayores tendremos que sumarnos al nuevo aprendizaje.

La salida

A través de las pantallas, vemos y leemos que los que “mandan” se equivocan, se contradicen, improvisan… Las palabras nos engañan, pero los silencios y las miradas hablan con honestidad. En estos tiempos de incertidumbre y vulnerabilidad nos hacemos la gran pregunta ¿En quién puedo confiar?

Para que no seas una cifra más, aprovecha la era digital para hacer un viaje hacia tu interior. No hay nada que más active el sentido común que la introspección y seguro que encontrarás respuestas sinceras, que te llegan directamente del corazón. Te invito a crear un diálogo interior positivo, para que entre todos empecemos a tejer una red de pensamiento que conecte nuestros cerebros y nos haga caminar seguros hacia el futuro sin perder la esencia de nuestra identidad, nuestros derechos y nuestra libertad.

Sara Dobarro
Periodista y Neurocientífica
6 de mayo de 2020