La llegada de las nuevas tecnologías ha destapado el talento de muchos discapacitados que si no fuera por ellas podrían pasar por la vida sin pena, ni gloria. La eliminación de barreras de la comunicación, cuando las personas tienen dificultades para hablar o para moverse, abre un mundo de oportunidades a los aparentemente desfavorecidos a través de internet y las redes sociales.

El ingenio, el talento, la inteligencia se aloja en el cerebro. La mente no entiende de limitaciones físicas. El cuerpo podrá estar mutilado o padecer una enfermedad motora, pero mientras las capacidades cognitivas y emocionales estén en orden, el individuo no solo puede disponer de más tiempo para estudiar y desarrollar su intelecto, sino que puede liberar un potencial que jamás soñó, a través de su motivación, esfuerzo y voluntad.

PLASTICIDAD NEURONAL

Afortunadamente, conocí a Santi Hernández Nápoles un joven paralítico cerebral de nacimiento con el que trabajé para desarrollar sus capacidades de comunicación. Con él aprendí y sigo aprendiendo muchas cosas como las que voy compartir. Santi me enseñó la importancia que tuvo para él la educación recibida de sus padres y todos aquellos que le han infundido ánimo sin facilitarle las cosas.

Gracias al esfuerzo y a la plasticidad neuronal, Santi ha conseguido hacer de su discapacidad una de sus fortalezas. El entrenamiento cerebral le permite aceptar la realidad como viene, sacarle el máximo partido, conocerse a sí mismo y superarse, al afrontar los problemas de la vida como retos fáciles de superar y los fracasos y caídas, como oportunidades de aprendizaje.

VULNERABILIDAD Y OBSTÁCULOS

Las personas con discapacidad son, mayoritariamente, vulnerables por los numerosos obstáculos a los que se enfrentan, tanto de carácter actitudinal, como físicos, de comunicación, de imagen o económicos. Eliminar estos obstáculos está a nuestro alcance y tenemos el deber moral de hacerlo.

La legislación implantada para asistir a las personas con discapacidad hoy en día beneficiará a casi todo el mundo en algún momento, ya que todos nosotros tendremos alguna deficiencia en algún momento de la vida o cuidaremos de alguien que la tenga. Los inventos tecnológicos, como el reconocimiento óptico de caracteres o el control cerebral, tienen muchas otras ventajas además de ayudar a las personas con discapacidad y hacerles brillar.

Para Santi la discapacidad es un hecho natural con el que seguimos aprendiendo a vivir cada día y a mí me ha demostrado que los que tienen que enfrentarse a su vulnerabilidad, llegan a conocer y despertar mejor los talentos que hay en su interior.

 

Sara Dobarro

Neurocoach, especialista en Neurociencias