La música nos acompaña y hace mover desde hace millones de años y nos ha ayudado a mejorar la capacidad de aprendizaje. Recientes estudios del Laboratorio de Investigación Brains, Music and Sound (cerebros, música y sonido), en Canadá, constataron la coordinación que hace el cerebro de los humanos entre las áreas racional y emocional con las neuronas motoras.
Es tan potente el efecto que produce la música en nuestro centro neurálgico de comunicación, que gracias a las técnicas que usamos en la moderna neurociencia podemos asegurar que la música activa la plasticidad neuronal. Dicho con otras palabras, nos proporciona más habilidad para la reorganización de las conexiones entre neuronas, que constantemente ha de adaptarse a los nuevos cambios sociales, tecnológicos y vitales.
Está claro que la música juega un papel decisivo en la vida de las personas. Todos hemos experimentado el poder que tiene para influir en nuestro estado de ánimo y hasta en la manera de pensar. Tengamos en cuenta la unión que tiene con la sociedad, hasta llegar a crear “tribus urbanas musicales”. Esto que parece una obviedad, llevado al campo educativo cobra una importante dimensión avalada por el conocimiento de la comunidad neurocientífica, que considera a la música como nexo fundamental para los distintos contenidos de aprendizaje curriculares.

El departamento de Sociología de la Universidad del Estado de Ohio, según publica en el “Music Educators Journal”, el 15 de enero de 2009, asegura que la música estimula y reorganiza simultáneamente tantas áreas cerebrales que promueve la metacognición, es decir el conocimiento sobre el propio proceso de aprendizaje.
Por su parte, el Dr. Michael S. Franklin de la University of Michigan, publica en 2015 que la música mejora el aprendizaje, ya que potencia la memoria, el lenguaje y la atención. Una melodía se representa en la mente humana por secuencias de acciones, donde el tiempo (ritmo y silencios), la métrica (matemáticas y lengua: código de signos) y las emociones se tocan al unísono.

Ante tanta evidencia científica sobre la importancia de la música en la educación para la mejora de la transferencia del conocimiento, ¿cómo se puede explicar que el Gobierno de España le dé la espalda, cuando nuestro país proclama la necesidad de emprendimiento?
Para muestra un botón: de todas las especialidades convocadas en las Oposiciones para Profesores de Enseñanza Secundaria (OPES) de 2018, solo País Vasco y Extremadura ofertan cinco y cuatro plazas de música, respectivamente, a falta de dos convocatorias. Se nota que quienes redactan los pliegos de las oposiciones no deben escuchar música. No podemos callar frente a la mediocridad y máxime cuando PISA evaluará las competencias cultural y artística.

¡Ay, si mi madrina pianista levantase la cabeza!

Sara Dobarro

4 comentarios

  1. ¿Por qué no preguntan a los alumnos cuántas horas querrían a la semana de educaciòn musical?¿Por qué si todo lo bueno y malo como.ciudadanos lo celebramos con música obviamos su grandísima importancia en las aulas?
    ¿Por qué pensar que puede ser relegada a un segundo plano cuando es la única área que abarca el resto desde su disciplinariedad, y conecta con el resto colaborando en el desarrollo de la totalidad de competencias clave, y las 21st century skills?
    Más música y más educación musical y menos excusas
    Gracias Sara por compartir esta indignación con muchos profesionales que nos dejamos la piel cada día por una educación musical de calidad para todos.

  2. Una vez más Sara Dobarro nos ayuda a descubrir sentimientos, en esta ocasión a través de la música…
    Leyendo sus magníficos artículos, disfrutamos y aprendemos a no olvidar las herramientas que tenemos a nuestro alcance.
    Gracias Sara, por darle valor siempre, a lo importante.

  3. El poder de la música es increíble.
    ¡Muchísimas gracias por traernos la base científica de ello, Sara!
    Esperemos que el mensaje llegue, para que desde alguna generación concreta la calidad humana y técnica de los adultos del mañana evolucione positivamente.

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